El Centenario y el Bicentenario

Como ocurre con otras fechas patrias, a veces no se sabe bien qué es lo que se conmemora o se celebra. Es bueno, recordar que estos importantes festejos que se vienen realizando, con motivo de cumplirse el Bicentenario de la Revolución de Mayo, son una conmemoración de un momento importantísimo de nuestra Historia.

Qué fue la Revolución y por qué se produjo?

Antes de la Revolución, no existían los países hispanoamericanos que existen hoy, como por ejemplo, Argentina. Dependíamos de un Imperio español que se extendía desde el sur de los Estados Unidos hasta Buenos Aires. España era el centro de ese Imperio.

En 1808 hubo una revolución en España. Napoleón Bonaparte, Emperador de Francia, invadió el país, obligó al rey Fernando VII a abdicar, lo mantuvo prisionero y Napoleón nombró a su hermano, José Bonaparte, como rey de España. Los súbditos españoles consideraron que era una medida ilegítima y se negaron a obedecer a José.

Ellos pensaban “El rey es rey porque la soberanía le llega de la siguiente manera:

Dios se la da a los pueblos y los pueblos se la dan al rey. Si no hay rey, porque está preso, la soberanía vuelve a los pueblos.

Los pueblos eran las ciudades que formaban el Imperio, por eso, Valencia, Madrid, Barcelona, Toledo y así sucesivamente, formaron juntas que cuidaran su soberanía hasta que volviera el rey. Esas juntas se reunían en una Junta Central en Sevilla y cuando llegaron las noticias a América, la población se mantuvo fiel al rey preso y obedeció a esa Junta Central.

En 1810 los franceses triunfaron militarmente y conquistaron todo el territorio español, se disolvió la Junta Central y algunas ciudades americanas decidieron hacer lo que se había hecho en España, formar juntas, porque la soberanía volvió a ellas.

En mayo de 1810, cuando llegaron las noticias de España, algunos vecinos comenzaron a pedir que se tomaran medidas y el cabildo, que era la municipalidad colonial, decidió convocar a un cabildo abierto, llamando a la clase más alta de la sociedad.

Algunos querían que siguiera gobernando el virrey como hasta entonces y otros querían destituirlo y nombrar en su lugar a una Junta de gobierno integrada por vecinos de la ciudad. Finalmente, en ese cabildo abierto se decidió que el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, terminaba sus funciones.
Sin embargo éste, logró negociar el 24 de mayo, la formación de una Junta que estaba encabezada por él, lo que no conformó a quienes impulsaban un cambio en el gobierno. El 25 de mayo, acudieron al cabildo para quejarse y obligaron al virrey a renunciar.

Asumió entonces, un nuevo gobierno, que fue la Primera Junta, cuyo presidente fue Cornelio Saavedra, los secretarios, Mariano Moreno y Juan José Paso y como vocales: Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Juan Larrea, Domingo Matheu.

Tres de ellos fueron fundamentales en la Revolución:

  • Castelli fue una especie de coordinador de los revolucionarios.
  • Saavedra, apoyado por los Patricios, aseguró la destitución del virrey.
  • Moreno, abogado, impugnó el derecho del rey a gobernar en América, argumentando que los americanos no habían acordado con él, ser sus súbditos, sino que eso les había sido impuesto por la fuerza. También favoreció un igualitarismo que atacaba la rigidez social, colonial, defendió los derechos de los indígenas, obligó que el periódico oficial, que él mismo redactaba, se leyera en las iglesias y decidió que la revolución podía emplear la violencia, para imponerse sobre sus enemigos.

    El 25 de mayo, los revolucionarios querían autonomía, la posibilidad de tomar decisiones propias. Esta revolución duraría diez años a través de los cuales se libró una guerra muy dura, entre los revolucionarios y sus enemigos, se declaró la Independencia, se rompió la estructura económica colonial, se anularon las diferencias sociales establecidas legalmente, la monarquía fue reemplazada por formas de gobierno republicanas, se desarrolló una intensa vida política que incluyó a amplios sectores de la sociedad y todo eso fue para quienes vivieron en esa época, la revolución que produjera un gran cambio es sus vidas.

    La revolución dio orígen a una nueva nación que se llamaría Argentina!!!!

    Cómo fueron los festejos del Centenario?

    Desde la fundación de Buenos Aires, cuando el trazado fundacional se hizo en damero (16 manzanas paralelas al río y 9 manzanas perpendiculares en traza cuadricular), nuestra ciudad, de acuerdo a los comentarios de viajeros que llegaban, viéndola desde el río, la describían como una ciudad chata, en la que se percibían las cúpulas de algunas iglesias.

    Posteriormente, se convertiría en la “gran aldea”, con algunas construcciones importantes para aquellos tiempos: la Recova y la Pirámide, el pórtico de la Catedral y el Palacio de la Legislatura en la Manzana de las Luces, el Cementerio de Recoleta, el proyecto del Puerto Nuevo y a partir de 1871, la epidemia de fiebre amarilla influyó en el cambio del paisaje arquitectónico urbano, poblándose la zona de catedral al norte, donde se construyeron imponentes mansiones palaciegas, tanto en el entorno de la Plaza San Martín (en el barrio de Retiro), como en el barrio de Recoleta.

    Buenos Aires, se fue convirtiendo en Metrópolis Moderna y para la llegada del centenario, contábamos con importantes construcciones como la Casa de Gobierno (finalizada en 1886), el Congreso (Palacio Legislativo) inaugurado en 1906, el Teatro Colón (1908), el Palacio de Aguas Corrientes (1894), el Hotel Plaza (fue el primer 5 estrellas, inaugurado en 1908), los parques (3 de febrero, Centenario. Lezama y otros).

    La ciudad se preparaba para festejar el Centenario con bombos y platillos, en un momento de plena expansión económica. Éramos el “granero del mundo”, aunque también había un fuerte descontento representado por huelgas sociales.

    Recibimos de regalo, bellísimos monumentos que engalanan a Buenos Aires:

  • De España: Monumento a la Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas
  • De Francia: Monumento de Francia a la Argentina
  • De Italia: Monumento a Cristóbal Colón
  • De Roma: Loba romana
  • De Alemania: Monumento fuente a la riqueza agropecuaria.
  • De Inglaterra: Torre Monumental
  • De Suiza: Monumento de la hermandad entre Suiza y Argentina
  • Del Imperio Austro Húngaro: Torre Meteorológica
  • De Estados Unidos: Monumento de George Washington

    Los festejos fueron organizados por el presidente José F. Alcorta y asistieron importantes personalidades de todo el mundo, entre ellos: la Infanta Isabel, en representación de España; el presidente de Chile, Eugenio Larraburru; en representación del Kaiser, emperador de Alemania, Von der Golta y el embajador de Japón, Eiki Hioki. Gran Bretaña no estuvo adecuadamente representada porque la Corte estaba de luto por la reciente muerte del Rey Eduardo VII.

    Las principales delegaciones extranjeras se hospedaron en grandes residencias privadas. Ese fue el caso de la Infanta Isabel, quien se alojó en el Palacio Bary, de la Avenida Alvear. Para alojar a la mayoría de los numerosos visitantes, la comisión organizadora de los festejos alquiló el Hotel Majestic, de la Avenida de Mayo.

    Se hicieron Ceremonias civiles, religiosas y militares; Congresos y exposiciones, Ediciones especiales de documentos, banquetes y funciones de gala, disposiciones para la creación de plazas, ornamentos y monumentos.

    En el Bicentenario, que se conmemora en pocos días, tenemos una ciudad formada por 48 barrios, todos con su propia identidad, con una arquitectura variada y también con marcadas diferencias entre sí. Algunos han avanzado, tal vez por aquella impronta que le dieron los palacios de la aristocracia porteña, que siguen siendo testimonios de un pasado próspero y en los que sigue viviendo gente de mejor nivel económico y otros con demasiadas carencias para los tiempos que corren.

    Sin embargo hay un común denominador, los “sin techo” que vemos en todos los barrios, la inseguridad, que esta presente en todos, el deterioro de los hospitales, que son los preexistentes porque excepto el Garrahan, no se construyeron nuevos hospitales; las escuelas públicas, con deterioro edilicio y unas cuantas cosas más, que en este bicentenario, deberían ser motivo de orgullo, pero nos dan vergüenza.

    En muchos aspectos, nos fuimos adaptando a los tiempos que corren, pero falta un largo camino por recorrer, porque un país tan maravilloso, bendecido con tanta riqueza natural, solo necesita de personas de bien y capaces de hacer de nuestra Argentina un país del primer mundo, simplemente con honestidad y trabajando para que esos recursos naturales sean bien utilizados y generadores de trabajo. Es cuestión de concientizarnos, tener sentido de pertenencia y cuidar lo que es de todos. No esperemos planes trabajar, exijamos trabajo, para poder sentirnos dignos.

    Entre las obras emblemáticas que se realizaron después del Centenario, podemos citar el obelisco, ícono de los porteños, las líneas de subterráneos, el ensanchamiento de la 9 de Julio, el palacio de Gobierno porteño y de la Legislatura, algunos palacios, Puerto Madero y su modernismo, entre otros.

    En estos doscientos años, fueron cambiando las costumbres y la moda:

    De carruajes tirados por caballos, a automóviles último modelo y camionetas 4 x 4; de los chasquis a Internet y la telefonía celular; del pericón al tango, al rock y ahora, el reggaetón; de miriñaques y peinetones a minifaldas, hot pants, bikinis y otras yerbas.

    También debemos reconocer los logros alcanzados en estos últimos cien años:

    El avance de la ciencia, a pesar del poco presupuesto que se destina a ella y que nos dejan el recuerdo de algunos grandes como Leloir, Favaloro y otros tantos.

    El voto femenino y el avance de la mujer, en un país donde vivió mucho tiempo relegada, casi exclusivamente a la maternidad y hoy, siendo amas de casa, madres, esposas y muchas veces el sostén de la casa, ocupando cargos importantes que solo eran ocupados por hombres.

    Habría mucho más para decir, porque doscientos años no pueden contarse en pocas líneas, y comparar los acontecimientos entre el primer centenario y el segundo. Es simplemente un pensamiento en voz alta, un recuerdo del ayer que no viví y del presente en el que vivo.

    Siempre digo lo mismo, con el país nos pasa como con los hijos, a quienes le conocemos la parte mala, pero ojo… que nadie los critique porque son nuestro tesoro más preciado y siempre los defenderemos.

    Todo fue cambiando y casi sin darnos cuenta, llegamos al Bicentenario.

    Ya se han realizado varios eventos: una regata, un desfile de autos antiguos, otro de caballos, una exhibición aérea, la Feria del Libro, una lluvia de plumas en Plaza San Martín; la celebración del día del Himno (el 11/5) y falta la reapertura del teatro Colón, y una Feria sobre la avenida 9 de Julio, donde habrá un stand por cada provincia. Bastará recorrerla para poder apreciar lo antedicho, lo que cada provincia traerá para mostrarnos, para ofrecernos, desde los frutos de la tierra, sus artesanías, su música. Cuánta riqueza tangible e intangible!!!, muestras de una cultura propia, de lo mucho que tienen para dar. También se realizarán desfiles y podrán verse carruajes antiguos y ropa de época.

    Pongámonos la tan olvidada escarapela, embanderemos nuestras casas y sobre todo, festejemos con alegría y con la esperanza de un futuro próspero, del que seguramente disfrutarán nuestros nietos y las generaciones futuras.

    Feliz Bicentenario para todos!!!

    Susana Espósito para www.conozcarecoleta.com.ar (11.451)
    Fecha publicación: 22/05/2010