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Limpieza de grafitis en Recoleta

Es común ver pintadas en las fachadas de los edificios de Buenos Aires y el barrio de Recoleta no es la excepción, por eso se comenzó a implementar el plan “Fachadas Limpias”, que ya se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York, donde ha tenido éxito.

La Comuna 2 ha decidido erradicar los grafitis de los frentes y ya ha comenzado a limpiar algunos de los 2.523 edificios pintarrajeados, que se han detectado. El costo anual del programa será de 650.000 pesos.

El presidente de la Comuna, Facundo Carrillo comenta que “el objetivo es tapar los grafitis que vayan apareciendo, durante las primeras 48 horas después de ser creados, ya que según él piensa, lo que escribe el grafitero va dirigido a alguien y si esa o esas personas no lo leen, el mensaje pierde sentido y buscará expresarse de otra manera”. Por eso, explicó Carrillo, “la estrategia adoptada por la comuna es disuadir a los potenciales vándalos, borrando los mensajes los más rápido posible, impidiendo que la pintada cumpla su función”.

Para que el plan tenga el éxito esperado es importante la participación de los vecinos, denunciando lo antes posible la aparición de nuevos grafitis y para ello se habilitó el mail: reclamoscomuna2@buenosaires.gob.ar, donde pueden escribir para denunciar las nuevas pintadas. La cuadrilla a cargo de la remoción está compuesta por tres personas equipadas con una hidrolavadora y un producto especial para remover la pintura. Una vez que la fachada está limpia de vuelta, se aplica sobre la misma otro producto que genera una capa protectora que impermeabiliza la superficie e impide que el próximo grafiti se adhiera, para que luego sea más fácil de remover.

La teoría se implementó con éxito por primera vez a mediados de los 80 en Nueva York para combatir el grafiti en los subtes, para lo cual el gobernador Edward Koch decretó que no circularía ninguna formación que tuviera ni el más pequeño grafiti en su exterior.

Esta premisa luego se transformó en uno de los fundamentos de la política de "tolerancia cero" del gobernador Giuliani en Nueva York en la década del noventa, quien hizo hincapié no solo en que el vandalismo podía prevenirse de esta manera, sino que incluso combatiendo estas infracciones menores se podía reducir significativamente los crímenes más serios, una teoría que aún es discutida y despierta mucha controversia.

Lamentablemente, lo que generalmente funciona en otros países, en el nuestro no tiene éxito y prueba de ello es lo que vimos con nuestros propios ojos: en Azcuénaga al 1800 (esquina Las Heras), se limpió la fachada de un edificio, que tiene en planta baja un local de iluminación y a los pocos días, nuevamente, sufrió una pintada que no es un mensaje, simplemente un garabato, unas iniciales que esperan ser removidas nuevamente, para dar paso al siguiente mensajero.


www.conozcarecoleta.com.ar (2841) - Publicado: (02/05/14)



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