|
El Club Francés festeja 150 años
Situado en el barrio de Recoleta, fue fundado en 1866 por los primeros residentes franceses en Argentina y festeja sus 150 años, coincidiendo con el Día de la Independencia de Francia (14 de Julio).
La mayor ola inmigratoria francesa llegó a la Argentina entre 1831 y 1854. La primera sede del Club Francés estaba en la calle Buen Orden (hoy Bernardo de Irigoyen) entre Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) y Potosí (hoy Alsina).
 A partir de 1889 se comienzan a celebrar en el Club Francés las fiestas nacionales de Francia y Argentina, concurriendo en representación del Gobierno Nacional al primer festejo el Dr. Carlos Pellegrini, en ese entonces Vicepresidente de la República, quien en 1891, ya como Presidente, tuviera la iniciativa de fundar el Banco de la Nación Argentina.
A partir de 1924 comenzó a practicarse esgrima y puede decirse que junto al tradicional Jockey Club, es un símbolo de la belle époque.
El edificio actual, en la calle Rodríguez Peña 1832, en Recoleta, data del año 1906 y había pertenecido a la familia Vázquez Mansilla hasta 1941, cuando fue adquirido para ser la Sede del Club Francés.
Es una mansión distribuida en tres plantas, de refinado estilo neoclásico francés y por sus salones han pasado destacadas personalidades nacionales e internacionales que ofrecieron conferencias, entre quienes podemos citar a Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Federico Leloir, George Clemenceau, Antoine de Saint Exupery.
Después de que la entidad se asociara con una empresa hotelera que invirtió más de US$ 9 millones en tareas de restauración, mármoles, espejos y cuadros vuelven a brillar como antes para recibir hoy a diplomáticos, políticos, empresarios, periodistas y personalidades de la cultura.
Guillermo Stegman, presidente de Hotel Club Francés comentó que las obras realizadas, que duraron más de cuatro años, respetaron por completo la fachada, mediante una estructura especial en el subsuelo para sostenerla.
Era una casa perpendicular. La parte de la entrada estaba reservada para los coches a caballo y la de atrás, para la mansión. La casa contaba con un jardín de invierno, hoy utilizado como parte del restaurante al que se ingresa por una puerta de madera realizada a partir de lo que era la biblioteca principal del club.
También se realizaron delicados trabajos de carpintería que demandaron seis meses. Se restauraron 60 m2 cubiertos de boiserie de roble labrado. Lo mismo ocurrió con los tapices, las enormes arañas estilo Versalles, los mármoles del hall del primer piso que volvieron a su tono original, los vitraux que decoran el techo del primer piso y con las obras de arte que fueron recuperadas; entre ellas, los lienzos de Eduardo Sívori y los óleos regalados al club por Clemenceau, como el Vercingétorix.
El bar se conserva intacto y el trago principal sigue siendo el Coloradito, una bebida típicamente porteña hecha con Martini y Campari.
www.conozcarecoleta.com.ar (2913) - Publicado: 13/07/16
| 
