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Recordando a Hipólito Yrigoyen

El sábado 3 de Julio se cumplen 88 años de la muerte de Hipólito Yrigoyen, quien fue presidente de la Nación entre 1916 y 1922 y nuevamente entre 1928 y 1930, cuando fue derrocado por un golpe de estado encabezado por el general José Félix Uriburu.

Hipolito YrigoyenHipólito Yrigoyen había nacido en Buenos Aires, el 12 de julio de 1852. Fue abogado, aunque nunca ejerció y un político argentino, figura relevante dentro de la Unión Cívica Radical. Fue Diputado de la provincia de Buenos Aires, entre 1878 y 1880 y años después, en 1916, se convirtió en el primer presidente argentino elegido por medio del sufragio secreto y obligatorio masculino (el voto femenino se introdujo en 1951) según la Ley Sáenz Peña de 1912. Yrigoyen también fue a quien le hicieron el primer golpe militar, el 6 de septiembre de 1930. En la plaza Juan XXIII, frente al Cementerio de Recoleta, hay un monumento del escultor Agustín Riganelli, que recuerda aquel acontecimiento.

Después del golpe, fue despojado de sus riquezas como estanciero y fue confinado a la isla Martín García, en donde compartió presidio con varios presos políticos.

Su lema fue: "Que se pierdan mil gobiernos, pero que se salven los principios".

Qué bien estaría, en el aniversario de su fallecimiento recordarlo y tener en cuenta su lema, ya que para los gobiernos de los últimos años, el lema ha sido totalmente opuesto a ese pensamiento.

A lo largo de su vida emprendió numerosas acciones solidarias aun cuando su situación económica no era la más solvente, ya sea donando sus sueldos al Hospital de Niños o regalando sus trajes hechos por sastres a las personas más necesitadas. A los sueldos correspondientes a su cargo había renunciado al ser proclamado candidato a presidente, donándolos a la Sociedad de Beneficencia, hecho que repitió en 1928.

Lo apodaron "el peludo" por su personalidad, hombre solitario y misterioso, que nunca pronunciaba discursos, pero que con su silencio ganó una gran adhesión popular.

No bebía ni fumaba, a excepción de media botella de champán que tomaba porque decía que mejoraba su digestión. Aun cuando era un exitoso estanciero, siguió viviendo en su misma casa de la calle Brasil con su hija Elena y su secretaría. Su hogar no contaba con calefacción ni muebles lujosos, y rechazó inmuebles ofrecidos cuando asumió su primer puesto de legislador. Siempre era llamado por su apellido y pocos amigos muy íntimos se dirigían a él por su nombre de pila, como Marcelo T. de Alvear y Fernando Saguier, pero no lo tuteaban. No hablaba mal de otras personas (ni políticamente hablando) y cuando alguien lo hacía, él no intervenía en la conversación. Si alguien por algún motivo no le caía bien, no hacía malos comentarios, sencillamente dejaba de recibirlo o pronunciaba mal su apellido en público.

En 1880 Yrigoyen ingresó como profesor a la Escuela Normal de Maestras N. ° 1, ubicada en avenida Córdoba 1951, Recoleta, la directora del establecimiento era Emma Nicolay de Caprile, una de las maestras que trajo al país Domingo Faustino Sarmiento. Según cuentan, el profesor Yrigoyen solía comprar los libros que los alumnos no podían adquirir.

Sepulcro Hipolito YrigoyenDurante sus presidencias los gastos de representación de la residencia no superaron los mil pesos diarios y solo usó dos coches viejos ya existentes en la casa de gobierno para desplazarse. Además siguió viviendo en su casa de la avenida Brasil y rechazó morada alguna ofrecida por su título de presidente. Al asumir el gobierno ordenó que se retiraran los retratos con su efigie que decoraban algunas oficinas públicas. Los gastos de la Presidencia como repartición eran ínfimos. Además por modalidad personal, no usaba ventilador, calefacción ni teléfono. En su despacho no se convidaba a los visitantes con cigarrillos, licores o café, como era costumbre antes. El único regalo que admitía de sus visitantes o admiradores eran flores, las rosas rojas eran las predilectas.

Yrigoyen mantuvo una intensa vida afectiva aunque nunca se casó. Tuvo dos hijos con Antonia Pavón (Helena y luego nació Hipólito. Su segunda mujer fue Dominga Campos, con quien tuvo cinco hijos (María Luisa, Dominga, Hipólito, Eduardo Abel y Sara Dominga). Su tercera mujer fue Luisa Bacichi, viuda de Eugenio Cambaceres, con quien tuvo un hijo llamado Luis.

Don Hipólito Yrigoyen falleció el 3 de julio de 1933. Su entierro fue una de las manifestaciones espontáneas más masivas y sorpresivas de la historia argentina. Sus restos descansan en el Panteón de los caídos en 1890 en la Revolución del Parque (foto). Cementerio de Recoleta.


www.conozcarecoleta.com.ar (4547) - Publicado: Viernes 02/07/21