La alineación solar más perfecta de Egipto ocurrirá a finales de febrero
El templo Abu Simbel fue construido con la intención de que dos veces al año los rayos solares pudieran penetrar hasta el fondo del santuario para iluminar tres de las cuatro estatuas sedentes.
Abu Simbel es un complejo formado por dos templos excavados en la roca, uno de ellos está dedicado a Ramsés II (foto 1) y el otro a Nefertari (foto 2), su primera esposa y su predilecta.
El sol prosigue su camino por el interior del templo hasta llegar al sanctasanctórum, donde aguardan las cuatro esculturas veneradas, el dios creador Ptah de Menfis, el dios Amón-Re de Tebas, el propio Ramsés II divinizado y el dios solar Re-Horakhty de Heliópolis. Es aquí donde entonces sucede la más perfecta de las alineaciones solares del Antiguo Egipto de los faraones: el haz solar ilumina a todas las figuras a excepción de la de Ptah, que se mantiene en la penumbra, como si se tratara de la metáfora de la oscuridad previa a la creación del mundo y su aparición en él de la luz.
¿Cuándo se produce la alineación solar de Abu Simbel?
No falla nunca y así viene sucediendo siglo a siglo cada 22 de febrero y 22 de octubre, fechas cuidadosamente escogidas para reflejar los momentos clave del calendario egipcio. Durante aproximadamente unos 30 minutos, los primeros rayos del sol recorren los 60 metros desde el acceso hasta el sanctasanctórum. Lo más asombroso es que esta precisión arquitectónica sigue sucediendo a pesar de que la ubicación actual de los templos de Ramsés II y de Nefertari (la esposa favorita del faraón) no es la original.

En los años 60, el país inició una serie de reformas. Uno de los proyectos más importantes fue la construcción de una gran presa que canalizase las aguas del Nilo y dotase a Egipto de energía hidroeléctrica, la Gran Presa de Asuán. La urgencia al comenzar su construcción puso en peligro varios templos, entre ellos Abu Simbel. En este faraónico traslado se tuvo el acierto de mantener la orientación precisa del templo para conservar el fenómeno solar, aunque, debido a un pequeño desfase, ahora ocurre un día más tarde de lo que previeron los arquitectos de Ramsés II.
Para rescatar los antiguos templos de Abu Simbel de las aguas del Nilo, fue necesario trasladarlos. La hazaña se logró gracias a la colaboración internacional, en la que Atlas Copco contribuyó con sus conocimientos técnicos y equipos.
Más de mil bloques, cada uno de ellos con un peso de unas 30 toneladas, fueron numerados, trasladados a un almacén y finalmente reensamblados dentro de un acantilado artificial construido especialmente, a 64 m sobre el antiguo emplazamiento y 180 m tierra adentro. Abu Simbel fue inaugurado en su nueva ubicación el 22 de septiembre de 1968.
La alineación de los templos entre sí y con respecto a los puntos cardinales debía ser exactamente la misma que antes, para que durante ciertas horas de la primavera y el otoño, los rayos del sol siguieran iluminando las estatuas de las salas interiores del templo más grande, a 60 metros dentro del acantilado. Los bloques se colocaron en su posición uno a uno con extrema precisión. La desviación permitida era de tan solo más o menos 5 mm.
El templo mayor es considerado por algunos como uno de los templos más bellos edificados por Ramsés II y uno de los más espectaculares de Egipto. Su fachada mide 33 m de altura y 38 m de ancho. Custodiado por cuatro estatuas sedentes de Ramsés II, cada una de las cuales mide unos 20 m de altura.
“Henos aquí reunidos, oh Majestad, para colaborar en vuestra búsqueda de la eternidad [...]. Hemos erigido piadosamente el monumento a vuestra magnífica Majestad y hemos recompuesto la belleza delicada de vuestra reina con la escolta hierática de las deidades tutelares [...]. Gracias al esfuerzo mancomunado de todos nosotros, helo aquí, a salvo, intacto y listo para reanudar, sobre la barca de Amón, vuestro viaje a través de los siglos hacia el sol naciente de cada mañana”. Así habló, como si Ramsés II pudiera escucharnos, en septiembre de 1968 el Director General de la Unesco, tras la titánica reconstrucción de los templos de Abu Simbel.
El reinado de Ramsés (1279-1213 a.C.) marcó una era de esplendor en el Antiguo Egipto. Durante sus más de 60 años en el trono, ordenó la construcción de monumentos que estuvieran a la altura de su gran egolatría.
www.conozcarecoleta.com.ar - 4276 caracteres – Viernes 07/02/25 Fuentes: National Geographic – Atlas Copco – Mohamed (Guía en la excursión)
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